Mi Padre me da una lección sobre el dinero

Era mediados de 1989, yo estaba en 4to año de secundaria. tenía 14 años. Era invierno recuerdo porque lloviznaba en Lima, la horrible, bueno eso no es importante, el tema es que yo caminaba por Miraflores y San Isidro, cuando estudiaba en un Instituto que enseñaba computación en pizarra y con papelógrafo, nunca les vi una sola computadora, así mirando a los niños ricos y todos usaban Zapatillas Reebok, caña alta y yo andaba con mis misias Sin Fin, o a veces las intercambiaba con unas Audaz o Tigre de tela.

En fin, me organicé, para ir a la tienda de mi papá en el centro de Lima, como olvidar la Vidriería Evans. Iba a pedirle, casi exigirle a mi papá, que me compre unas zapatillas Reebok, ya era su problema como, me las compraba, no entendía en esa época de Inflación, de Alan García y su dólar MUC, solo quería mis zapatillas Reebok.

En fin, me organicé, para ir a la tienda de mi papá en el centro de Lima, como olvidar la Vidriería Evans. Iba a pedirle, casi exigirle a mi papá, que me compre unas zapatillas Reebok, ya era su problema como, me las compraba, no entendía en esa época de Inflación, de Alan García y su dólar MUC, solo quería mis zapatillas Reebok.

Fui a la tienda y mi papa, no sé cómo me dijo que, si, me las compraría, no me negocio, me dijo ya, ni lo medito, ni titubeo, solo me dijo, vienes el sábado y te vas a comprar tus zapatillas a Polvos Azules, en esa época quedaba polvos atrás de Palacio de Gobierno.

El día sábado, me desperté a las 7 am. Salimos de Villa Salvador, hacia el centro de Lima, en el ómnibus Banchero, me bañe como nunca y no me puse calcetines con hueco, que siempre usaba por que jugaba mucho fulbito, llegue a la tienda y en la mesa donde se cortaba el vidrio, forrada con una tela marrón, era el material como tapizón, para que los vidrios no se rompan cuando los echaban, encima había una caja grande, tapada con una franela roja.

Yo dije, se me hizo, mi padre es lo máximo me compro mis zapatillas, lo amo, lo adoro, es mi papi, mi Micky, mi rey.

Pero no contaban con su astucia, me dijo: Levanta la franela y abre la caja.

No se imaginan que había dentro, de la caja, más cajas, pero ninguna zapatilla, ni el pasador, eran diez cajas de lapiceros Novo, con logo de MENUDO, el grupo de moda en esa época, me pregunte ¿Qué significa esto?

Exclamé, ¿Papá que es esto?, no seas malo, yo te pedí zapatillas y tú me das lapiceros, no pues, así no. Pero se venía lo peor, saco una Cartulina del tamaño de todo mi pecho que decía, 3 lapiceros por un Inti Millón, que era como decir tres soles, ya ni se cuánto.

Pero tenía que tener como un Millón de intis Millón para comprar mis tabas, o no sé, pero esa plata, ni la entiendo ahora.

Así que no se le ocurrió mejor idea a mi papá, que colgarme ese letrero de cartulina del cuello, y llevarme de la mano a vender esos lapiceros de porquería.

Pucha, no saben la vergüenza que sentía, me quería meter debajo de las axilas de mi papá y desaparecer, pero él me pregunto: ¿Quieres tus zapatillas?, las vas a comprar de inti en inti. Y camine por el primer amigo, todos ambulantes de la cuadra 5 del jirón Ayacucho, paseamos por el puesto de Teresa, Rene, José que vendía casetes de música, el mono que vendía animales, manolo, el cucharita y él decía, mira amigo, mi hijo mayor, está vendiendo lapiceros, apóyenlo en su negocio, nos miraban y nos compraban.

Dije, esto funciona, lo que, si me fastidiaba, era que me agarraban los cachetes como peluche, cada vez que me compraban y decían que lindo el Carnerito.

El segundo cliente compro 3, el tercero 9, no lo podían creer, esto es serio. Le dije a mi papá que ya no me acompañe y me deje solo, respire profundo y me convertí en vendedor ambulante.

No saben, me vendí todo en menos de dos horas, mi papá, origino en mí, esa vena emprendedora, me olvide de la vergüenza mediocre y tenía más de 150 dólares, al final de la venta, fácil me compraba mis zapatillas Reebok, pero no lo hice compre más lapiceros, compre atún y leche, vendí todo.

Mi padre Leónidas Ernesto Carnero Justo, se me fue un 05 de diciembre del año 2011, ahora lo extraño en demasía.

Al otro día me fui a Polvos Azules, me compre mis zapatillas Reebok, un polo Adidas, un pantalón Levis 505 etiqueta roja y unos lentes Bole y me quedo plata para seguir vendiendo y no chocar con mi capital.

Ahora me pongo a pensar para mi papá era fácil darme la plata y olvidarse de mí, pero ese día me enseñó a ser hombre, a valerme por mí mismo, a ser empresario, un emprendedor y lo más importante UN VENDEDOR, que es lo que hago hasta ahora. Ser vendedor me dio todo lo que tengo y logre en la vida, con mucho orgullo es lo único que se hacer bien.

Gracias PAPÁ sin ese recuerdo, seguramente sería un ser sin aspiraciones.

Se que desde el cielo estás muy contento con los logros de tu Campeón, tu hijo mayor tu Evans.

TE AMO PAPÁ.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *